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Comercio
 
UE y EE.UU. se quejan de "frugalidad" en Corea del Sur

La Unión Europea planteó ante la OMC, con el respaldo de Estados Unidos, su inquietud por lo que denominó una "campaña de frugalidad" en Corea del Sur, que afecta el consumo y las importaciones de artículos suntuarios.


La Unión Europea planteó el 11 de marzo en el Consejo de Mercancías Organización Mundial de Comercio (OMC) su inquietud ante una "campaña de frugalidad" en Corea del Sur, con el argumento de que la campaña pública contra el consumo suntuario estaba orquestada y organizada por el gobierno coreano para proteger a la industria nacional, lo que en ese caso constituía una violación de las normas de la OMC.

La reacción del representante de Corea fue negar toda participación del gobierno en la campaña organizada por organizaciones no gubernamentales (ONG), y puso en duda que las acusaciones de la Unión Europea fueran fundadas.

India, en una intervención inesperada que un funcionario de comercio describió como "filosófica", señaló que en muchos países el alcance de la OMC tenía visos de "intromisión" y que si cada campaña o reacción pública iba a ser llevada ante ese organismo, entonces las cosas se complicarían.

El representante de India, S. Narayanan, mencionó, por otro lado, la propaganda y las campañas televisivas en Estados Unidos incitando a comprar productos nacionales, así como un documento de la Unión Europea, de Leon Brittan, en el que prometía a los productores de dicha comunidad utilizar todos los instrumentos a su alcance – como las investigaciones antidumping – para defenderlos y protegerlos.

"En la medida en que no haya injerencia gubernamental y no exista una violación de las normas específicas de la OMC, no se pueden cuestionar las acciones de las ONG y la sociedad civil", indicó.

El representante de la Unión Europea, Ian Wilkinson, dijo que el bloque está preocupado por la creciente "campaña de frugalidad" que se viene llevando a cabo en Corea desde mediados de 1996 y que ha comenzado a lesionar gravemente los intereses de los exportadores europeos. Grupos cívicos, los medios de difusión y la industria coreana juegan un papel importante en la campaña, pero "también estamos preocupados por la posición de las autoridades coreanas y consideramos que ellas tienen cierto grado de responsabilidad", afirmó Wilkinson.

Las autoridades coreanas aducen que la campaña ataca el consumo desmedido, no las importaciones, e indicaron que no adoptarían medidas incompatibles con sus obligaciones internacionales. "Pero las cifras que manejan públicamente, a todos los niveles, están claramente destinadas a culpar a la importación de artículos de consumo del actual déficit de cuenta corriente de Corea, siendo que un estudio de la estructura de dicho déficit demostró que se trata de una apreciación totalmente falsa", señaló Wilkinson.

El representante de la Unión Europea también denunció que existían casos frecuentes de "acoso administrativo" llevado a cabo directamente por organismos gubernamentales (por ejemplo, de demora en las aduanas, aumento de la frecuencia de las inspecciones, interpretaciones más restrictivas de leyes coreanas ambiguas sobre etiquetado y afines, publicación de estadísticas equívocas por parte de organismos oficiales, y aparentemente inspecciones fiscales sistemáticas a los propietarios de automóviles extranjeros).

La Unión Europea dijo que tenía "muchas dudas" sobre la compatibilidad de algunas de estas declaraciones y acciones con las obligaciones emanadas de la OMC, y que también resultaba difícil conciliar la posición del gobierno de Corea con los objetivos de la OMC, tales como la "expansión de la producción y el comercio de bienes y servicios". La Unión Europea anunció que estaba estudiando activamente el tipo de medidas que pudieran ser más apropiadas, tanto para casos individuales de los cuales tenía varios ejemplos como para los aspectos generales de la campaña "hostiles a las importaciones".

Wilkinson dijo que Corea tenía la responsabilidad de tranquilizar a sus socios comerciales sobre su actitud poco favorable a las importaciones. En la medida en que todos los miembros de la OMC se benefician con un sistema multilateral de comercio abierto, equitativo y no discriminatorio, y tienen la responsabilidad de defenderlo, sería necesario que el gobierno coreano emitiera una declaración pública clara desestimando los aspectos de la campaña de frugalidad hostiles a las importaciones y despejando las dudas sobre el compromiso de Corea para con el pleno respeto de las obligaciones de la OMC. También correspondería dar instrucciones precisas a los funcionarios públicos de no ensañarse con los importadores o consumidores de mercancías extranjeras.

El representante de Estados Unidos, apoyando a la Unión Europea, dijo que había observado una tendencia preocupante en las últimas declaraciones coreanas de responsabilizar al consumo de importaciones del actual déficit comercial y de cuenta corriente. Agregó que Estados Unidos y otros miembros de la OMC comprenden el deseo de Corea de responder a esas tendencias macroeconómicas y al actual desequilibrio, pero que el uso arbitrario de normas, requisitos burocráticos, demoras en las aduanas, requisitos reglamentarios y de etiquetado, auditorías fiscales u otras medidas, para frenar las importaciones, no sólo entra en conflicto con los principios y obligaciones de la OMC sino que en el largo plazo sería contraproducente para la competitividad de la economía coreana.

Declaraciones recientes de funcionarios del gobierno de Corea en cuanto a que es un deber "patriótico" no consumir productos importados, reforzaron la percepción de que Corea no está comprometida con políticas de apertura del mercado, el sistema multilateral de comercio o sus obligaciones internacionales, a pesar de integrar la OMC y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Se dijo que esta percepción aumentaba con el recuerdo de prácticas similares en Corea a fines de la década del 80 y que los empresarios de Estados Unidos observaban con inquietud que las exportaciones a Corea de ciertos sectores (automóviles y ciertos artículos de consumo) apenas alcanzaban los niveles de fines de esa década, cuando se aplicaron medidas de "frugalidad" similares. Estados Unidos manifestó que esperaba que Corea daría respuesta a estas preocupaciones.

El embajador coreano expresó que había tomado nota de las declaraciones y las transmitiría a su gobierno, pese a lo cual consideraba que había una "sensibilidad desmedida" en las reacciones de Estados Unidos y la Unión Europea. El mercado coreano tiene un valor anual de 160.000 millones de dólares y debe resultar atractivo para cualquier país. Explicó que desde la introducción de algunos cambios al sistema bancario en 1993, los consumidores dispusieron de una cantidad excesiva de efectivo y en muchos casos eso se tradujo en el consumo de artículos suntuarios. Esto pudo haber llevado a que varias ONG iniciaran esa "campaña de frugalidad" que se convirtió en un fenómeno social sin parangón en otros países.

El gobierno coreano en muchas ocasiones dejó en claro que no participaba de tales campañas y que les daría a todos la tranquilidad de que Corea era un miembro responsable de la OMC y observaría todos sus compromisos internacionales. Declaró que dudaba tanto de la existencia del tipo de medidas citadas por la Unión Europea para desalentar las importaciones como de que fuera posible justificar las acusaciones, que estimaba injustas e inaceptables para el gobierno coreano, quien negaba toda participación.

Narayanan, por su parte, destacó que aún en los casos en que existan acuerdos negociados, en general, la percepción pública es de que las normas son "altamente invasoras" y aseguró que la vida se tornaría muy complicada si cada vez que una ONG o una organización privada hicieran algo, esto se elevara ante la OMC. Narayanan dijo haber visto en la televisión estadounidenses propagandas del tipo "seas estadounidense, compre productos estadounidenses", pero en esa ocasión las autoridades de Estados Unidos negaron que se tratara de una campaña oficial. De igual manera, el documento de la Comisión Europea aseguraba a los productores de la Unión Europea que se recurriría a todos los instrumentos posibles para defenderlos. En la medida en que no hubo interferencia del gobierno ni violación de las normas de la OMC, no es posible cuestionar las campañas de las ONG y las empresas nacionales, agregó el representante de India. (SUNS/CR)


 

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