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Desarrollo
 
La ONUDI lucha por su existencia


Coincidiendo con el 50 aniversario de la ONU, la ONUDI libra una dura batalla por su supervivencia; Estados Unidos anunció su retiro formal de esta agencia, pero en realidad quiere ir más lejos, obligando a una modernización, la eliminación gradual o el desmantelamiento de los organismos especiales de la ONU



La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), cuyo objetivo es promover el desarrollo industrial del Tercer Mundo, enfrenta recortes presupuestales y la certeza del retiro de su principal contribuyente.

Estados Unidos, que cubre el grueso de los fondos de ONUDI, anunció su retiro del organismo durante la Sexta Conferencia de la ONUDI que se realizó en Viena en diciembre último.

El hecho fue la culminación de un proceso iniciado cuando a principios de 1995, el país -bajo la influencia de la mayoría republicana conservadora del Congreso que quiere reducciones drásticas de las contribuciones a los organismos internacionales- inesperadamente anunció que reduciría a la mitad el aporte de ese año a la ONUDI.

Hasta 1994 Washington aportaba aproximadamente 25 millones de dólares, casi un cuarto del presupuesto regular del organismo. En 1995 el presupuesto fue reducido a la mitad y la contribución de Estados Unidos bajó a 8 millones.

Desprestigio y deterioro

El organismo fundado hace 28 años ha atravesado una serie de crisis en los últimos años. Además de enfrentar acusaciones de corrupción -en especial con referencia a una turbia compra de equipos de computación en los años 80- la ONUDI también perdió la confianza de sus donantes.

Canadá se retiró de la ONUDI y a comienzos del pasado año el organismo pasó a la primera plana cuando se transformó en una de las agencias de la ONU cuya existencia fue cuestionada por la Comisión de Gobernación Mundial, un organismo independiente.

Reestructura y reducción de funcionarios

La organización ha iniciado un programa de reestructura dirigido a continuar la provisión de servicios básicos aun cuando Estados Unidos se retire.

"Gracias a las reformas emprendidas estamos en condiciones de seguir adelante..., podríamos ofrecer nuestros servicios fundamentales", declaró a la prensa el director general de la ONUDI, Mauricio de María y Campos.

De María y Campos comenzó las reformas hace dos años, poco después de haber sido nombrado director general. En un período de tres años, el número de personal se redujo de 1.350 (la cifra más alta de 1992) a 950. Algunos de ellos pasaron a servir a otros organismos de la ONU radicados en Viena o con oficinas en esa ciudad, la tercera sede de la ONU después de Ginebra y Nueva York.

La etapas subsiguientes consistieron en reformular la estructura de la organización para adaptarla a las necesidades específicas y cambiantes del sector industrial de los países en desarrollo y modernizar la gestión de la ONUDI, dijo De María y Campos.

Se recortaron aproximadamente 30 trámites administrativos considerados innecesarios y costosos.

Por ejemplo, el departamento de la ONUDI encargado de los sectores industrial y de medio ambiente consideró que podía tomar una responsabilidad más directa en el papel del organismo como agencia ejecutiva del fondo multilateral del Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono. Ahora prepararía proyectos y los sometería directamente al comité del fondo, mientras que antes tenía que pasar por otras oficinas dentro de la organización, señaló el director de la división, Archallus Tcheknavorian-Asenbauer.

Un proceso polémico

El director general afirmó que a pesar de la reducción de personal, los servicios ofrecidos por la organización habían aumentado un 25%.

Sin embargo, el proceso de reforma no ha transcurrido sin protestas, ya que se adujo que algunos despidos tuvieron que ver más con problemas de política interna y favoritismo que con un programa de reestructura profesional.

El director general de la ONUDI rechazó esas acusaciones. "No fue así", dijo ante la prensa. "En torno a cualquier proceso de reducción de personal suelen correr todo tipo de rumores".

Pero con la salida de Estados Unidos, que implicaría más reducciones de personal, expresó, en el futuro habrá más consultas con los funcionarios y mayor transparencia y se asegurará una evaluación justa.

Respaldo del Sur

La organización cuenta con cierto respaldo, en especial de los países en desarrollo, que tendrían algo que perder en el caso de que los servicios de la ONUDI se suprimieran o redujeran drásticamente.

El Grupo de los 77 apoya la existencia de la ONUDI. Foros regionales tales como la reunión reciente de ministros de industria de Asia y el Pacífico también expresaron su apoyo.

Rusia y Ucrania, por su parte, han decidido ponerse al día con sus aportes para reducir las dificultades financieras de la organización.

Según funcionarios de ONUDI, Rusia pagó 12 millones de dólares, cerca de 4 millones de dólares más de su contribución anual, y se espera que Ucrania haga lo mismo. Italia, un país que ha venido reduciendo sus aportes, hace poco contribuyó con tres millones de dólares a un programa sobre industrias a pequeña y mediana escala.

No obstante, los principales cuestionamientos y temores se refieren a las consecuencias del retiro de Estados Unidos. Si bien los demás donantes indicaron que permanecerían fieles a sus compromisos con la ONUDI, algunos temen que también terminen por abandonarla.

"Tememos que la retirada de Estados Unidos tenga un efecto dominó", declaró un diplomático asiático.

Si bien las adivinanzas continúan, algunos funcionarios denuncian que reina un clima de incertidumbre. "El ambiente es terrible", declaró uno de ellos, que pidió conservar el anonimato. "Nadie sabe quién se queda o quién se va y hace ya varios meses que vivimos con esta incertidumbre".

(Fuente: SUNS/IPS)


 

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