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Desarrollo
 
UNCTAD

Economía mundial
pierde aceleración


América Latina y los países de la OCDE registran una desaceleración del crecimiento económico en 1995, pero continúa creciendo la región asiática en desarrollo, así como algunos países de Europa Central y del Este, de acuerdo con la secretaría de la UNCTAD.

por Chakravarthi Raghavan


La secretaría de la UNCTAD, en su Informe anual sobre Comercio y Desarrollo, divulgado el 11 de setiembre último, en Ginebra, Suiza, con las proyecciones para el panorama a corto plazo, que considera sujeto a una cuota importante de incertidumbre, vaticina que en 1995 la economía mundial perderá impulso y crecimiento.

Si bien la previsión para el mundo en desarrollo en su conjunto es que alcanzará un ritmo de crecimiento acelerado de 4,4%, igual al logrado en 1994, éste será desparejo. El crecimiento de América Latina caerá del 3,7% del año pasado a un 2,0%, cercano al ritmo de Africa. La región latinoamericana, todavía dependiente de volúmenes importantes de corrientes de capital para financiar las inversiones, se considera vulnerable a la volatilidad de esas corrientes, y se prevé una reducción o incluso suspensión del ingreso de capitales a la región.

Las economías de la OCDE están sufriendo una desaceleración, en parte debido a la desaceleración cíclica de Estados Unidos y en parte debido a la pérdida de valor del dólar y a las reducciones de las importaciones en América Latina, que debilitan la demanda de exportaciones provenientes de Europa Occidental y de Japón.

No obstante, el crecimiento del Asia en desarrollo se acelerará, al mismo tiempo que algunos países de Europa Central y del Este también mostrarán un avance continuado, proyecta la UNCTAD.

Productos básicos

Los precios de los productos básicos, sin embargo, en su conjunto estarán bastante por debajo de sus niveles de 1994.

En 1994, el ritmo del crecimiento económico mundial se aceleró, aumentando del 1,7% de 1993 a 3,1%. La mayoría de las regiones participaron, en particular de Europa Occidental, donde la recuperación cíclica de la recesión ayudó a duplicar el crecimiento económico de las economías de la OCDE en su conjunto.

Aun cuando las tres regiones en desarrollo también mejoraron con respecto a 1993, el crecimiento fue más rápido en Asia, mientras que Africa quedó rezagada, con un aumento demográfico superior al crecimiento del ingreso. La expansión de China disminuyó un poco, si bien sigue siendo sumamente rápida, mientras que varios países de Europa Central y del Este registraron avances notables. El comercio internacional también creció más rápido que la producción mundial. Tanto Estados Unidos como Europa Occidental recibieron un poderoso impulso de las exportaciones, en especial al resto del mundo: países en desarrollo del este y el sudeste asiático y América Latina. En América Latina esto se debió en gran medida al auge de las importaciones dirigidas al consumo, mientras que en el este y sudeste asiático el auge de las importaciones acompañó la reubicación de la producción dirigida por la inversión extranjera directa, en su mayoría proveniente de la propia región.

Factores estructurales

Pero muchos factores estructurales que limitan el crecimiento permanecen inamovibles. En Japón, la deflación de la deuda continuó reforzando el subconsumo crónico del país. Hubo muy pocas medidas de estímulo y fueron demasiado tardías como para lograr una recuperación genuina.

En Africa, los préstamos para ajuste estructural continuaron aportando sólo una leve mejoría a las tasas de crecimiento. El desarrollo a largo plazo permaneció deprimido por la dependencia de productos básicos, la infraestructura deficiente, el sobreendeudamiento, los bajos niveles de inversión interna y la cautela de los inversores extranjeros, así como por la inestabilidad y conflictividad política.

Entre las incertidumbres que enfrenta la economía mundial y sus perspectivas, dice la UNCTAD, figura el "exceso de cautela" de las autoridades monetarias de los países de la OCDE, que podría reducir peligrosamente la actual fase expansiva de recuperación de la economía mundial.

El financiamiento externo continúa concentrado en un grupo relativamente pequeño de países en desarrollo y economías en transición; los préstamos de la banca comercial se reducen para Africa, Asia Occidental y Europa Oriental.

Y si bien el Club de París de los acreedores oficiales tomó algunas medidas importantes con miras a la adopción de los nuevos términos de Nápoles, la ejecución ha sido muy vacilante y los resultados no han colmado las expectativas, se dice en el informe.

El peso de la deuda

Si bien los términos de Nápoles (para la reprogramación y cancelación de la deuda para los países de ingresos bajos) pueden reducir significativamente el promedio de servicio de la deuda en más de la mitad de los 33 países de bajos ingresos, para muchos otros el promedio seguirá siendo demasiado elevado.

Una razón importante es el peso enorme de la deuda multilateral. Aun cuando el FMI y el Banco Mundial han adoptado algunas medidas para brindar alivio, en los hechos refinanciando los préstamos duros con fondos concesionarios, eso no bastó para resolver el problema de las moras o impedir que la carga del servicio de la deuda multilateral de algunos países aumente a un ritmo peligroso.

En el informe se dice que los programas actuales de estas instituciones podrían mejorarse permitiendo la suspensión de los pagos de intereses sobre las moras y las obligaciones actuales del servicio de la deuda.

Pero incluso esto, se continúa diciendo en el informe, no sería suficiente y la limitación más importante seguiría siendo la financiación. Algunas propuestas recientes, como la venta de una parte de las reservas de oro del FMI, una nueva asignación de préstamos para ajuste estructural con una parte que se destinaría a aliviar la deuda multilateral, y el retiro de reservas y fondos para préstamos perdidosos de las instituciones financieras multilaterales, merecen ser estudiadas.

(Fuente: SUNS)


 

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