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Más cerca de Chile,
más lejos de Cuba


Los cancilleres de la Unión Europea convinieron recientemente un mandato de negociación para un nuevo acuerdo de cooperación con Chile, pero pospusieron para más adelante la discusión sobre un mejoramiento de las relaciones con Cuba.


La reunión de Bruselas fue la primera en la que participaron los 15 cancilleres de la Unión Europea desde que España asumió la presidencia semestral rotatoria el 1º de julio.

Madrid ya había expresado la intención de fortalecer las relaciones con América Latina. Además de Chile y Cuba, España busca intensificar las negociaciones en las conversaciones de cooperación con los países del Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- así como con México. Como un complemento de la reunión del 17 de julio, la Comisión Europea trazará un plan borrador sobre la "liberalización progresiva y recíproca del comercio tomando en cuenta la sensibilidad de ciertos productos con respecto a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)".

Según la declaración de los cancilleres, el mandato de la comisión debería incluir una cooperación ampliada de las industrias de servicios y la "promoción por ambas partes de un ambiente atractivo y estable para la inversión recíproca".

Un diplomático español dijo que el aval a las negociaciones bilaterales con Santiago no impedía que Chile se embarcara en las conversaciones sobre liberalización comercial que la Unión Europea mantiene con el Mercosur, del cual Chile está pasando a convertirse en "miembro asociado".

Cautela con Cuba

Con respecto a Cuba, se decidió postergar las conversaciones sobre un mandato de negociación hasta el otoño (del hemisferio norte). Pero Cuba fue igualmente tema de debate en una reunión de parlamentarios de la Unión Europea realizada también en Bruselas. El secretario de Estado de España para la Cooperación Internacional, José Luis Dicenta, afirmó: "Hemos dicho desde un principio que nos gustaría empezar a dialogar (...) sobre un amplio marco de cooperación con Cuba".

Cuba es uno de los pocos países del mundo, y el único del continente latinoamericano, que carece de un comercio amplio y un pacto de ayuda con la Unión Europea. Hasta ahora, la Unión Europea se ha movido cautelosamente en sus relaciones con Cuba para no entrar en antagonismo con Estados Unidos, que todavía está considerando la posibilidad de ampliar su embargo unilateral contra La Habana a las filiales extranjeras con sede en Estados Unidos que comercian con Cuba.

En una entrevista concedida a la prensa, Manuel Marín, comisionado de la Unión Europea para Asia, América Latina y el Mediterráneo, dijo que un enviado de la Unión Europea mantuvo recientemente conversaciones con la administración de Estados Unidos acerca de los planes de Bruselas de llegar a un pacto con La Habana.

"Si bien no va a sostenerlo en público, (Estados Unidos) comprende qué es lo que nos proponemos hacer", declaró Marín, quien aboga por un "acercamiento paulatino de las relaciones" entre la Unión Europea y Cuba.

Marín dijo que originalmente España había impulsado un acuerdo de cooperación inmediata con Cuba, pero se había convencido de que este enfoque "paulatino" era el más "realista", teniendo en cuenta lo candente del tema.

"Las propuestas de Marín van por el camino del diálogo. Le toca ahora a Cuba ser recíproca y hacer lo suyo", manifestó Luis Dicenta a los parlamentarios, confirmando lo que Marín había dicho durante la entrevista.

Al mismo tiempo, Luis Dicenta expresó que el objetivo de la presidencia española sería apoyar las medidas adoptadas en La Habana de promoción a la reforma económica y política.

Ayuda desde 1993

La cooperación directa entre la Unión Europea y Cuba no existía hasta 1993, cuando la Comisión Europea liberó 5 millones de ecus -aproximadamente 6,45 millones de dólares- en ayuda humanitaria a La Habana- en gran medida para contrarrestar los efectos negativos sobre la salud de los cubanos, resultantes del embargo comercial de Estados Unidos. En 1994 se otorgaron otros 14 millones de ecus (18 millones de dólares) en ayuda humanitaria y para 1995 se aprobará un nuevo paquete.

"El Parlamento está muy preocupado por el aislamiento de Cuba y nos interesa desarrollar vínculos futuros", declaró el parlamentario socialista británico Michael McGowan, expresando la inquietud de sus colegas.

Al mismo tiempo, funcionarios de la UE sotienen estar ansiosos por ver qué cambios positivos resultarán de las reformas económicas planificadas, en particular las que se refieren a la inversión extranjera.

Los funcionarios esperan que las reformas simplifiquen las formalidades administrativas que rigen la inversión extranjera, permitiendo a los inversores tomar el control total de las empresas comerciales. Europa también sigue muy de cerca la posible privatización de algunas empresas estatales cubanas.

Fuente: SUNS/IPS


 

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