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Inestabilidad y conflictos
comerciales


La economía mundial continuará sufriendo conflictos comerciales e inestabilidad en los mercados de capital y de divisas, a menos que se introduzcan cambios para resolver estos problemas y reducir el desempleo a través de la cooperación internacional, advirtió la UNCTAD.

por Chakravarthi Raghavan


El oficial encargado de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo, UNCTAD, Carlos Fortin, hizo uso de la palabra en el diálogo de alto nivel de la sesión del ECOSOC, a principios de l mes de julio. Fortin dijo que los acuerdos comerciales de la Ronda Uruguay no mitigarán sustancialmente ni reducirán la pobreza y en el caso de Africa la aumentarán.

La simple construcción de modelos de ejercicios en la UNCTAD demostró que el proceso de la Ronda Uruguay en sí mismo reduciría el número de los pobres del mundo en menos del 1,4% y menos de 1% en el mundo en desarrollo. En Africa aumentaría en un 1,2%.

El ECOSOC también escuchó las declaraciones de los presidentes del Banco Mundial, el FMI y la Organización Mundial del Trabajo, que esencialmente repitieron sus lineamientos políticos y prescripciones ortodoxas.

Un comienzo tardío, sin embargo -debido a que el secretario general de la ONU debió hablar en otro foro- forzó a los cuatro oradores a acortar sus discursos, y ofreció un resumen oral, que no reflejó íntegramente los textos que se hicieron circular más tarde, y dejó incluso menos tiempo para un diálogo general.

Pero en algún "diálogo" muy breve, y en respuesta a una pregunta del director del PNUD, Gus Speth, sobre una posible cooperación y coordinación de las tres instituciones con la ONU, el presidente del Banco Mundial James Wolfensohn, dijo sin rodeos (y en cierta medida con arrogancia, como comentaron en privado varios embajadores del Tercer Mundo): "trabajaré y cooperaré con ustedes. Pero no quiero ser dirigido ni coordinado por ustedes".

El director del FMI, Michel Camdessus, sugirió que la ONU debería hacer su tarea, como mantener la paz, y las instituciones de Bretton Woods las suyas.

El director de la OMC, Renato Ruggiero, sostuvo que ya existía una buena cooperación entre el FMI, el Banco Mundial y la OMC con la ONU, pero ésta debería hacerse en forma pragmática. La OMC, expresó, es de carácter contractual con un firme mecanismo de solución de diferencias y las discusiones sólo podrían hacerse sobre la base de lo que se había acordado.

Interrogantes claves

Al abrir el "diálogo", el presidente del ECOSOC, embajador Ahmad Kamal de Paquistán, cuestionó la opinión de que ahora existe consenso sobre un modelo de desarrollo. El acuerdo general sobre el desarrollo basado en la competencia de mercado y la promoción del libre cambio, no debería conducir a la eficiencia por encima de la equidad y la justicia social. El desafío sigue siendo cómo resolver las tensiones entre crecimiento y equidad.

Kamal planteó varias preguntas: ¿cómo podrían evitarse los efectos potenciales de crisis financieras como la de México? ¿Qué medidas podrían preverse para lograr la estabilidad de los regímenes cambiarios y una mayor coordinación de política macroeconómica? A la luz de Halifax, ¿cuál sería el papel del FMI? ¿Qué pasos podrían tomarse para consolidar y apoyar los nuevos mercados emergentes en los países en desarrollo y minimizar sus riesgos? ¿Qué medidas podrían adoptarse para aumentar los flujos de capital a Africa y otros países menos adelantados? ¿Qué lecciones podrían extraerse de la experiencia de los últimos cuatro años con respecto a corrientes financieras y recomendaciones de política a las economías en transición?

Los discursos preparados de las autoridades del FMI, el Banco Mundial y la OMC fueron acordes a su línea política actual y no dieron respuesta a estas preguntas, ni siquiera en cuanto a que haya en curso alguna nueva corriente de pensamiento en estas instituciones.

Wolfensohn aprovechó la oportunidad para hacer hincapié en la necesidad de financiar la filial de préstamos blandos del Banco, la Asociación Internacional de Fomento (AIF), que ya enfrenta dificultades con respecto a los pagos de Estados Unidos correspondientes a la reposición actual de fondos, y cuyas reposiciones futuras están en duda.

Camdessus, quien también ensalzó la ortodoxia del FMI, subrayó la necesidad de un Servicio Ampliado para Ajuste Estructural del FMI para Africa.

El peligro del unilateralismo

Ruggiero hizo referencia, aunque indirectamente, a los peligros de desórdenes comerciales debido al bilateralismo, y los probables desequilibrios causados por iniciativas regionales demasiado amplias y por el multilateralismo.

Si bien no dio nombres, esto pareció referirse a Estados Unidos, que está actuando bilateral y unilateralmente en muchos sectores, e impulsando el regionalismo en las Américas y a través de la APEC. Ruggiero habló de la creciente importancia de los países en desarrollo como exportadores e importadores grandes y pujantes. El mundo es hoy económicamente interdependiente, en mayor medida de lo que los gobiernos están dispuestos a admitir. Este hecho dio origen a los compromisos y normas del sistema multilateral, de importancia primordial para el desarrollo pacífico de la economía mundial, agregando: "El imperio de la ley es esencial para mantener el comercio abierto; de lo contrario tendremos la ley de la selva, que en un mundo interdependiente ni siquiera el más poderoso puede soportar". Para mantener la credibilidad del sistema, es imperioso que los compromisos asumidos en la ronda Uruguay sean aplicados y respetados cabalmente, incluso el compromiso de hacer los mejores esfuerzos para extender los beneficios a los países menos adelantados.

Además de culminar los negocios inconclusos de la Ronda -tal como las negociaciones sobre servicios-, existen cuatro grandes temas .En primer lugar, está el peligro del resurgimiento del proteccionismo, un "neoproteccionismo insidioso" que intentaría utilizar restricciones comerciales como respuesta a los temores generalizados sobre disposiciones laborales, sociales o ambientales. Tales temores son legítimos pero la respuesta no puede ser restricciones comerciales.

En segundo lugar, está el viejo debate entre multilateralismo y bilateralismo, debate que no terminó con el fortalecimiento de la OMC.

En tercer lugar está el peligro de un posible desequilibrio entre las iniciativas regionales demasiado amplias y el sistema multilateral. A menos que las iniciativas regionales estén firmemente asentadas en principios y normas del sistema multilateral, existe el riesgo de divisiones regionales, así como de que se reabra la división Norte/Sur que la Ronda Uruguay hizo tanto por borrar.

Inestabilidad y tensiones

"Lo que está en juego", advirtió Ruggiero, "va más allá de los obstáculos comerciales. Tiene que ver con obstáculos entre pueblos, que el avance del sistema multilateral hizo tanto por romper. Cualquier debilitamiento de su cohesión y sus principios fundamentales de no discriminación, aumentaría los riesgos de tensión e inestabilidad en el mundo, en el sentido económico, político e incluso militar".

También existe el problema más urgente de los "asientos vacíos ante la mesa": la carencia virtual de los países africanos y otros menos adelantados de las posibilidades orientadas al crecimiento económico del sistema comercial. La OMC intentó mejorar este aspecto a través de un gran esfuerzo de investigación sobre las consecuencias de la Ronda Uruguay para Africa, la cooperación con otras organizaciones para aumentar el espectro del análisis de la OMC, el mejoramiento de la asistencia dirigida, y la promoción de la cooperación para combatir esta exclusión de tantos seres humanos de la posibilidad de una vida mejor.

Integración y liberalización: riesgos y oportunidades

En su declaración, Fortin señaló que los procesos distintos, pero estrechamente vinculados de integración a escala mundial y liberalización que actúan en la economía mundial, ofrecen grandes oportunidades pero también conllevan riesgos de inestabilidad y marginación dentro y entre los países. Estos temas serán abordados en la UNCTAD-IX.

Las opiniones de la UNCTAD sobre algunos de estos temas de alcance mundial, manifestó Fortin, difieren de la visión convencional.

Con relación al problema de la volatilidad de las corrientes de capital privado, durante muchos años la Junta de Comercio y Desarrollo de la UNCTAD sostuvo que el dinero y los mercados de capital internacionales estaban naturalmente predispuestos a la inestabilidad y, en el contexto del surgimiento de corrientes de capital hacia América Latina desde 1990, eran una burbuja que terminaría explotando. Los temores de la UNCTAD estaban lamentablemente bien fundados, por los motivos expuestos.

"Los costos de no haber anticipado la crisis mexicana de diciembre de 1994 fueron muy elevados, no sólo para México y otros países latinoamericanos, sino también para los inversores extranjeros y sus gobiernos".

¿Se aprendió bien la lección? El "nuevo conocimiento adquirido" fue que la crisis mexicana se debió a "tropezones políticos que en cierta medida se ocultaron a la comunidad internacional, y que una supervisión estrecha logrará evitar tales crisis en el futuro".

"Esto", declaró Fortin, "ignora el hecho de que la crisis era predecible sobre la base de la escala y el carácter de los ingresos de capital y la ausencia de inversiones concomitantes sólidas. El principal "resbalón político" fue la aceptación de la opinión hoy muy extendida, pero de todas formas equivocada, de que el crecimiento económico naturalmente trae consigo desinflación, y que los déficit contables actuales no pueden ser un problema cuando están generados por los préstamos solicitados por el sector privado".

Fluctuaciones cambiarias y disparidad de la demanda

Sobre las fluctuaciones y movimientos de los tipos cambiarios entre las principales monedas, especialmente abruptos en los últimos seis meses, el jerarca de la UNCTAD dijo que de acuerdo al pensamiento ortodoxo debería haber habido una calma relativa en los mercados cambiarios. Después de todo, las tasas de inflación en los grandes países industrializados son ahora muy similares, y muy bajas; las tasas de interés a largo plazo convergieron en forma considerable, y el balance fiscal de Estados Unidos ha estado mejorando.

¿Cuál es pues la causa de estos movimientos? La UNCTAD cree que fueron a las "disparidades en la creación de demanda" entre Estados Unidos, Europa y Japón.

Europa Occidental ha tenido una recuperación cíclica, pero gran parte de su estímulo provino de la demanda externa y de la inversión inducida por la demanda externa. La demanda interna ha sido bastante floja. Japón ha sufrido una continua deflación de la deuda. Estados Unidos, por otro lado, ha estado buscando hasta hace poco una política monetaria de estímulo, gracias a la cual el crecimiento económico, la inversión y la creación de empleo se hicieron muy positivas.

Si Estados Unidos hubiera sufrido recalentamiento e inflación, la caída del valor del dólar habría sido muy dañina. Pero en la práctica, al mejorar la competitividad de Estados Unidos eso ayudará a suavizar la caída cíclica en ese país, pero disminuiría el alza en Europa.

Por la misma razón, el aumento del valor del yen introdujo una presión deflacionaria en Japón. En ese caso habría sido muy simple seguir la prescripción política de "poner la casa en orden" mediante políticas financieras de mediano plazo destinadas a aumentar el ahorro y reducir la deuda oficial. Tal política convertiría la recesión prolongada de Japón en una depresión profunda, cuando lo que Japón necesita es aumentar el consumo.

Además parte del consejo que Estados Unidos ha estado recibiendo -aumentar las tasas de interés- "garantizaría un aterrizaje más 'forzoso' que suave".

"Seguimos creyendo", declaró Fortin, "que no hay salida sin un ajuste coordinado de la demanda. La alineación monetaria desacertada y la volatilidad son muy problemáticas, en especial para el comercio internacional, y perjudican el desarrollo. No obstante, la tendencia ha sido a una menor coordinación en lugar de mayor".

"Los ajustes del mercado cambiario no pueden corregir disparidades de políticas macroeconómicas, excepto haciendo que resulte demasiado costoso a los gobiernos no cambiar sus políticas", señaló Fortin, y continuó preguntando: "¿Pero no tendría más sentido que los gobiernos ajustaran sus políticas sin sufrir primero tales penurias?".

Movimientos de capital y desempleo estructural

Eso no significa que las políticas estatales correctas evitarían completamente todos los tipos de inestabilidad monetaria. Incluso con la mejor de las políticas, es probable que los mercados sufran alteraciones de vez en cuando, ya que los movimientos de capital van donde mejor calienta el sol. Existe, pues, necesidad de medidas que enlentezcan los movimientos de capital internacional a corto plazo haciéndolos más difícil o costosos.

La UNCTAD, recordó Fortin, ya había sugerido en 1987 que valía la pena estudiar la propuesta de Tobin sobre un impuesto a tales transacciones. Cada vez son más los que han demostrado interés en esa propuesta y "expresaron dudas sobre la conveniencia de un enfoque totalmente no intervencionista".

"Nos complace ver que aquí, como en muchos otros ámbitos de la vida, el pragmatismo venció al paradigma", agregó.

Refiriéndose al azote del desempleo o el empleo mal remunerado en los países industrializados, Fortin expresó que este problema proyecta "una enorme sombra sobre la comunidad internacional en su conjunto".

Las voces que culpan a las exportaciones manufacturadas de los países en desarrollo, señaló, se están haciendo cada vez más vociferantes y en algunos lugares aumentan los reclamos de una "cláusula social".

El pensamiento económico prevaleciente hoy en día parece sugerir que el fenómeno del desempleo en masa y el desempleo encubierto se debió a demasiadas reglamentaciones y/o falta de capacitación. Pero esto pasa por alto el hecho de que la creciente tendencia al desempleo y los salarios bajos ha estado acompañada de una contracción del ritmo de inversión.

Esto comenzó hace veinte años, y el principal factor responsable de su permanencia después de la recuperación de la crisis petrolera que lo inició fue de orden macroeconómico: tasas de interés real elevadas, volatilidad de las tasas de interés y tipos cambiarios, crecientes cargas fiscales debido al elevado costo del pago de la deuda pública y otras situaciones por el estilo.

"No se trata de fenómenos cíclicos en el sentido de que el desempleo puede ser eliminado simplemente impulsando un alza cíclica cada vez más elevada", expresó Fortin. "Lo que se necesita es una expectativa por parte de la actividad económica de que la demanda aumentará lo suficiente durante un período prolongado como para justificar fuertes inversiones en fábricas y equipos. Sin el incentivo de lograr mayores ventas, las empresas privadas continuarán siendo cautelosas y prefiriendo invertir menos y reducir costos en lugar de aumentar la capacidad.

"Si este análisis es correcto, los intentos de resolver el problema haciendo que los mercados laborales funcionen como mercados de productos -ya que eso es lo que implica el concepto de 'mercados laborales flexibles'- sólo alentarán el proteccionismo de una forma u otra. A menos que el sector de la demanda de la economía mundial reciba la atención que merece, los países estarán propensos a resolver el desempleo aplicando políticas de 'empobrecer al vecino' como por ejemplo, las devaluaciones competitivas. O se infligirán a sí mismos y a los países con los que comercian un daño innecesario, ejerciendo presión sobre la actividad doméstica en una búsqueda de mayor competitividad.

"El mundo en su conjunto no puede alcanzar mayor competitividad. A menos que exista cooperación internacional para reducir el desempleo, seguramente tendremos crecientes conflictos comerciales".

Previsiones

El crecimiento en los países en desarrollo, expresó el jerarca de la UNCTAD, seguirá siendo fuerte en 1995 y continuará creciendo en un 4,5%. Pero la disparidad del desempeño económico entre diversas regiones persistirá y se hará cada vez más pronunciada.

Las perspectivas latinoamericanas a corto plazo se han visto seriamente afectadas por los efectos directos e indirectos de la crisis mexicana y, como consecuencia, el crecimiento económico de la región caerá del 3,7% registrado en 1994 a 2,0% en 1995. El crecimiento continuaría firme en Brasil, Chile y Perú, pero será menor en Argentina. Venezuela sufrirá una disminución en la producción mientras que México tendrá una contracción de la producción de aproximadamente 5%.

Dado el bajo nivel de ahorro e inversión en la región, los países seguirán dependiendo de ingresos sustanciales de capital para financiar la inversión, y por ende continuarán siendo vulnerables a la volatilidad de tales corrientes. "También se corre peligro de que el flujo de capital a la región pueda disminuir aún más o incluso desaparecer".

Las perspectivas para Asia continúan siendo buenas y se calcula que el crecimiento productivo se acelerará aún más, de 5,3% en 1994 a 6% en 1995. La depreciación del dólar tendría un efecto combinado, y la depreciación resultante de las monedas regionales con relación a las principales mejoraría la competitividad de las exportaciones asiáticas en los mercados mundiales, con relación a las exportaciones japonesas. Las economías asiáticas también estarían en mejor situación para exportar a Japón.

Pero el factor de la tasa cambiaria podría también enlentecer la caída de las tasas de inflación de Asia, aumentar los precios de las importaciones, en especial de Japón. Taiwan y Tailandia enfrentarían la mayor alza de los costos de importación, mientras que Hong Kong y China serían los menos afectados. Africa seguiría siendo la región con más dificultades para sacar provecho de los beneficios potenciales de la integración a escala mundial y la liberalización, y corre un serio riesgo de quedar marginada de la economía mundial.

Para la mayoría de los países de bajos ingresos del Africa subsahariana, el problema de la deuda no está resuelto y las graves dificultades para el pago de la misma se hicieron patentes en la acumulación de moras y la reiteración de reprogramaciones de la deuda. Las condiciones deben ser mejoradas y aplicadas al mayor número posible de países elegibles. Las instituciones financieras multilaterales, que son también importantes acreedores, deben cumplir con su parte y se necesitan iniciativas audaces. Una señal esperanzadora es que la comunidad internacional comenzó a centrar su atención en este tema.

Fuente: SUNS


 

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