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Comercio
 
Diferendo EEUU-Japón

La OMC sin garantías
ante el unilateralismo


El Secretario de Comercio de Estados Unidos afirmó que su país observaría las disposiciones de la OMC por las sanciones impuestas a las importaciones de automóviles suntuarios japoneses, pero esto no es suficiente para infundir confianza a los interlocutores comerciales.

por Chakravarthi Raghavan


Pese a las afirmaciones del secretario de Comercio Ronald Brown, en el sentido de que su país respetaría las disposiciones de la OMC, ya comenzaron a aplicarse los aranceles, si bien en forma provisoria, y el fallo de la OMC se producirá como mínimo, dentro de un año, aun cuando se tramite con carácter urgente. De manera que las declaraciones de Brown no sirvieron para infundir confianza a los países que comercian con Estados Unidos. Pues es dudosa la "seguridad comercial" que ofrece la OMC, contra el unilateralismo y las amenazas de este país en el campo del comercio que, el propio Brown admitió, es "por definición contencioso".

Estados Unidos anunció un arancel provisorio del 100% sobre todas las importaciones de autos japoneses, retroactivo al 20 de enero, si bien faltaba por lo menos un mes antes de arribar a una decisión final.

En los hechos ya debe pagarse el arancel provisorio para todos los automóviles que llegaron a suelo estadounidense después del 20 de mayo. Pero podrían devolverse en caso de llegarse a un acuerdo.

Estas sanciones fueron impuestas por EEUU al amparo del Artículo 301 de su ley de comercio nacional, fundándose en que el mercado de automóviles y autopartes de Japón no está abierto a la competencia de los abastecedores estadounidenses.

Japón llevó el caso a la Organización Mundial de Comercio (OMC), y antes de presentar una demanda formal, el 17 de mayo buscó consultas "urgentes" con Estados Unidos en el marco de la OMC.

Brown, presente en Ginebra para la apertura de un "centro americano", admitió ante la prensa que el tema era "urgente". De acuerdo a las normas de la OMC, Estados Unidos estaría obligado a aceptar consultas con Japón dentro de 10 días y, si no se llega a algún tipo de acuerdo en el plazo de 20 días, Japón podrá invocar ante la OMC la creación de un grupo especial para estudiar su diferendo.

Pero más allá de estas dos afirmaciones -que Estados Unidos observaría la disposición de la OMC y acordaría con Japón que se trata de una diferencia urgente- Brown se mantuvo inflexible. Sus declaraciones y respuestas -algunas más resbaladizas que las de un vendedor de autos experimentado- dejan pocas dudas de que Estados Unidos continuará utilizando sanciones comerciales unilaterales y amenazas para apremiar a los países que no abran sus mercados a las exportaciones estadounidenses. Los países agraviados serán los que deberán presentar su caso ante la OMC y ganarlo allí, si es posible.

Pese a la promesa de Brown, antes de la aprobación de los acuerdos de la Ronda Uruguay por el Congreso de Estados Unidos, tanto Brown como el representante comercial de Estados Unidos, Michael Kantor, y otros voceros de la administración habían afirmado que Estados Unidos tendría la opción de no "llevar a la práctica" tales normas de la OMC y dejar que la otra parte tomara las represalias.

Brown reiteró los conocidos argumentos estadounidenses en cuanto a que los mercados de automóviles y autopartes de Japón no están abiertos a los abastecedores extranjeros, que los consumidores japoneses pagan más de lo necesario por esa situación del mercado y que lo que Estados Unidos hace para que se abra el mercado japonés beneficiará a todos.

Brown, como otros voceros de su país, también dijo que tenía esperanzas de que los japoneses volvieran a la mesa de negociaciones y negociaran un buen acuerdo con Estados Unidos que hiciera innecesaria la aplicación de sanciones.

"Publicamos una lista de sanciones, nuestro deseo es lograr un acuerdo que reduzca los obstáculos no arancelarios que obviamente existen en el mercado japonés. Es claro lo que exige nuestra ley de comercio y al final del plazo de notificación (30 días) podemos imponer estas sanciones. Soy optimista en cuanto a que habrá una respuesta adecuada por parte de Japón...", sostuvo Brown.

La medida de su gobierno no toma por sorpresa a nadie, afirmó Brown, si bien podría causar cierta alarma a nivel de las sanciones. Desde el principio Estados Unidos aclaró que continuaría usando su ley de comercio nacional.

"Todavía no impusimos las sanciones", dijo Brown. "Tan sólo publicamos una lista preliminar. Esperamos que no haya que imponer sanciones y podamos llegar a un buen acuerdo. Salvo por una sola excepción, los avances en la apertura de los mercados sólo se han logrado a través de sanciones o amenazas de sanciones. La diferencia no es en torno a la economía y los puestos de trabajo de Estados Unidos sino en torno a la apertura del mercado para el resto del mundo. También será beneficioso para el consumidor japonés..."

La medida de la administración, expresó, contó con el apoyo del Congreso, la industria y el público y también de otras regiones del mundo.

A la pregunta de si Estados Unidos no estaba desafiando a la OMC -al comenzar la acción e imponer sanciones sin acudir primero a la OMC con su demanda- Brown dijo que eso le correspondía decirlo a la OMC. Es claro que el mercado japonés no es abierto y si nadie tiene el coraje de enfrentarlo, Estados Unidos debía tomar la delantera y hacerlo.

Brown, y el representante comercial Michael Kantor, estarán en París a partir del día de hoy para la reunión ministerial anual de la OCDE, y también lo hará el Ministro de Comercio japonés Ryutaro Hashimoto.

Ambas partes dicen que no se han fijado reuniones y Japón también declaró que no negociaría hasta tanto Estados Unidos no retire las sanciones anunciadas.

Sin embargo, la mayoría de los observadores estiman que detrás de estas posiciones públicas, ambos bandos llegarán a un acuerdo, a nivel de sus autoindustrias, con apoyo gubernamental para que los fabricantes japoneses compren más autopartes estadounidenses para las fábricas japonesas en Japón y en otros países, incluso Estados Unidos. Se tratará de un acuerdo voluntario de contenido local (estadounidense) y será un comercio regulado.

Los funcionarios comerciales de otros países -incluso los que aceptan la opinión de que el mercado japonés es un mercado cerrado, cerrado por las prácticas restrictivas de sus empresas- están alarmados tanto de la perspectiva de una lucha entre Estados Unidos y Japón como de sus efectos sobre la OMC, y quizás aún más preocupados de que la diferencia pueda no culminar nunca en una resolución "definitiva sobre el instrumento del Art. 301", como manifestó un funcionario comercial. Un acuerdo entre Estados Unidos y Japón, en el que Japón ceda terreno, alentaría aún más a Estados Unidos a actuar con la amenaza de sanciones.


 

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