Comercio
 

Comité de Negociaciones Comerciales de la OMC

Preocupación por plazos incumplidos y reveses para el Sur

Mientras los países industrializados miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) se limitaron a generalidades oficiosas, los países en desarrollo denunciaron que las conversaciones comerciales en marcha no han abordado los temas que afectan sus intereses, como los de trato especial y diferenciado, y aplicación. Brasil lo resumió de una manera clara al decir que la "Agenda para el Desarrollo de Doha", hasta ahora, ha sido poco más que una consigna vacía.

Por Chakravarthi Raghavan

En la sesión formal de la reunión del Comité de Negociaciones Comerciales (CNC) de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de la semana del 3 de febrero, los países en desarrollo expresaron su preocupación por los plazos incumplidos y los reveses en temas de importancia para ellos. Los principales países industrializados prefirieron hacer declaraciones reafirmando la "agenda para el desarrollo" en la reunión informal, en la cual no hay registros.

El director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, quien preside el CNC, habló de la necesidad de que participen funcionarios con sede en las capitales así como de su intención de convocar en abril un CNC de funcionarios experimentados. Los diplomáticos comerciales comentaron que también indicó su intención de realizar reuniones del CNC todos los meses hasta la reunión ministerial de la OMC de setiembre en Cancún, México.

Varios países criticaron el hábito creciente de realizar reuniones "miniministeriales", donde se cita a un pequeño número de países decidiendo en los hechos quien representaría a los grupos dentro de la OMC, e intentando promover soluciones.

Las críticas no provinieron sólo del mundo en desarrollo sino también algunos países del Norte que solían ser invitados pero ya no lo son más.

Uganda lamentó que el coordinador de los países menos adelantados (PMA) fuera ignorado por la miniministerial de noviembre, en Sydney, y tampoco lo tuvieran en cuenta en la de mediados de febrero, en Tokio, en tanto se invitó a un país africano como si representara a los PMA. Hungría advirtió que esas reuniones no hacen más que dificultar las posibilidades de llegar a acuerdos. Cuba, Paraguay y Pakistán fueron algunos de los que criticaron las miniministeriales. Pero no hay señales de que alguien escuche.

Además de las reuniones de Sydney y Tokio, Canadá y Costa Rica organizaron una reunión de funcionarios de alto nivel en Ginebra, en la semana del 3 de febrero.

Seguramente se gastan varios millones de dólares en esas reuniones, con viajes en primera clase desde un rincón del mundo a otro para ministros y funcionarios de muy alto rango (y los embajadores ante la OMC que viajan desde Ginebra), hoteles de lujo para los ministros y personal de apoyo, y todo eso por conversaciones de un solo día.

Los que son invitados no denuncian todo eso –pese a quejarse de los costos y el despilfarro-, mientras que los que quedan fuera pueden hacer algún ruido, pero a menos que se adopte una posición firme dentro de la OMC probablemente nada ocurrirá y esas reuniones continuarán, y darán como resultado una reiteración de las asimetrías y desigualdades de la Ronda Uruguay.

Tal vez todo sea para contribuir a fortalecer las industrias de transporte y hotelería.

En el CNC informal de principios de febrero, después que Supachai anunció su intención de dar participación a funcionarios radicados en las capitales y convocar a un CNC de funcionarios de alto rango en abril, Australia sugirió que ese tipo de reunión no puede ser una reiteración de un CNC a nivel de embajadores sino que debe limitarse a uno o dos temas. "No puede esperarse que los funcionarios de alto rango asuman nuestro trabajo aquí (en Ginebra, sede de la OMC)", fueron las manifestaciones del enviado australiano, según informaron otros diplomáticos comerciales.

Mientras los países en desarrollo hablaron en la reunión formal del CNC y algunos de ellos alcanzaron a los medios de difusión copias de sus declaraciones, ningún país industrializado hizo uso de la palabra en las reuniones formales. Al final, cuando los países en desarrollo comentaron esta situación, Japón expresó que no había una decisión concertada de los países industrializados de no hablar en las sesiones formales.

En las reuniones informales, Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Australia y Suiza, entre otros países, hablaron de la agenda para el "desarrollo" y su intención de aplicarla, y sostuvieron que la mejor manera de lograr el desarrollo es a través del acceso a los mercados.

Estados Unidos dijo que el desarrollo llega con el acceso a los mercados de mercancías y servicios, una opinión que secundaron otros países, salvo la Unión Europea y Japón, que hablaron de "realismo" con relación al acceso a los mercados en agricultura, mientras que Australia y otros reclamaron un criterio "ambicioso". También se habló de que el acceso a los mercados debe lograrse no reduciendo los aranceles consolidados sino mediante un criterio de armonización (de mantener los aranceles de todos en dos o tres bandas de aranceles bajos).

No obstante, varios estudios económicos, algunos de ellos citados en un informe por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), han revelado que no hay pruebas empíricas que apoyen esa afirmación. Pero la OMC y su Secretaría, o los principales países industrializados, intentan desautorizar esos estudios. El reciente informe del PNUD es el último ejemplo de ello.

Varios países en desarrollo que realizaron declaraciones en la sesión formal del CNC manifestaron que la falta de avances y los plazos incumplidos en temas de interés para ellos, así como la posibilidad de que las modalidades para las negociaciones sobre agricultura no pudieran quedar fijadas en el plazo del 31 de marzo, significa que todas las negociaciones de Doha corren el peligro de descarrilarse. También se quejaron de que la Agenda para el Desarrollo de Doha se había convertido en poco más que una consigna vacía.

Pero todo fue un monólogo ya que la otra parte no respondió en las sesiones formales, y el modo informal -que Supachai también prefirió y alentó- estuvo lleno de generalidades pero no de sustancia, como manifestó uno de los participantes.

En un comunicado oficial del 4 de febrero, el portavoz de la OMC Keith Rockwell llegó a describir la sesión del CNC como similar a la de diciembre, con "una gran cuota de reiteración por parte de los países en desarrollo", que expresaron su decepción porque no se habían cumplido los plazos para los temas de trato especial y diferenciado, y aplicación.

Rockwell también dijo que los países en desarrollo habían manifestado además su decepción con relación al tema del Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS) y la salud pública, pero con más matices de opinión, y que esperaban que se encontraría una solución.

Según algunos embajadores comerciales de países en desarrollo, Supachai había sugerido en la semana del 27 de enero -en ciertas consultas limitadas a un pequeño grupo- que sería irreal esperar que las cuestiones de trato especial y diferenciado se resolvieran antes del final de la actual ronda de negociaciones.

En el propio CNC, el director de la OMC no formuló comentarios específicos de ese tipo, pero sin embargo señaló que varias de las cuestiones implicaban negociaciones.

El embajador de Australia sugirió, en la sesión informal, que las discusiones sobre TRIPS y Trato especial y diferenciado habían llegado a un punto en que los miembros deben centrarse en el acceso a los mercados y adoptar un criterio armonizado.

Después de los informes que dieron los presidentes de varios grupos de negociación sobre el estado y avance de los mismos (hasta entonces se habían realizado reuniones sólo sobre trato especial y diferenciado, agricultura, servicios y el Entendimiento de Solución de Diferencias, que no es parte del compromiso único), Supachai habló de la convergencia de los informes en una serie de sectores, pero con diferencias sustanciales, y la necesidad de trabajar aún mucho más.

Los avances fueron desparejos, y el tiempo presentó dificultades. Se consideró necesario que había que avanzar en una parte de negociaciones -cuya conclusión está prevista para fines de 2004- y lograr la participación de funcionarios radicados en las capitales.

Grandes expectativas, esperanzas defraudadas

El embajador de India, K.M. Chandrasekhar, expresó en una intervención que el programa de trabajo de Doha había sido iniciado con grandes expectativas y la creencia general de que se focalizaría definitivamente en el desarrollo. "Lamentablemente, el trabajo desde Doha ha defraudado largamente esas expectativas", afirmó. Los ministros en Doha dieron tres años para completar el trabajo, pero han pasado 15 meses sin que hubiera avances importantes en ninguno de los sectores.

En Doha, los ministros también establecieron algunos plazos definidos para permitir que se hiciera algún trabajo gradual. Ya pasaron todos los plazos sin que hubiera resultados concretos, y los miembros de la OMC todavía siguen debatiendo los mismos temas: "actividad intensa sin resultados". No habrá avances a menos que haya voluntad política para traducir la actividad en resultados.

"Estamos amontonando temas para Cancún sin resolverlos", se lamentó el representante indio. "¿Acaso podrá Cancún resolver en cinco días lo que no logramos negociar en dos años? ¿Estamos poniendo una carga sobre nuestros ministros que es humanamente imposible de llevar?".

La mayoría de los países en desarrollo, entre ellos India, tenían un profundo sentimiento de decepción por la manera en que se desarrollaron las negociaciones. Los países en desarrollo esperaban un cierto grado de equilibrio, un equilibrio que era intrínseco al espíritu de cuando se fijaron los plazos. Ese equilibrio estuvo ausente del trabajo. En 2000 y 2001 muchos países en desarrollo –India también- tenían reservas sobre continuar con un nuevo programa de trabajo a menos que se corrigieran los desequilibrios. Pero dejaron de lado esas preocupaciones en función de los intereses del sistema multilateral de comercio, para sumarse al consenso, que tenía esperanza en que esos temas serían tomados como base prioritaria y resueltos para el 31 de diciembre de 2002.

A India le preocupaba que todavía no se hubiera abordado efectivamente ni un solo tema dentro de trato especial y diferenciado o aplicación. El mundo industrializado debe comprometerse positivamente, y no sólo analizarlos desde un punto de vista técnico.

Las modalidades de las negociaciones sobre agricultura deben ser establecidas el 31 de marzo, pero no hay muchas esperanzas de que se pueda lograr. También hay una "grave desencuentro" entre las expectativas de ciertos países y grupos y lo que podría realmente lograrse. Tampoco se entendieron los problemas enfrentados por países como India, que tiene una enorme población rural predominantemente dependiente de la agricultura como medio de vida, y nunca podría aceptar una situación que pusiera en peligro las vidas y trabajo de millones de agricultores pequeños y marginales. India apoyó las opiniones del Grupo Africano sobre cuestiones no comerciales como seguridad alimentaria y reducción de la pobreza, y manifestó que esto era también un tema prioritario para India. Todas las conversaciones sobre diversas fórmulas para rebajar los aranceles sin rebajar sustancial y efectivamente el apoyo interno y el subsidio a las exportaciones, o los malabarismos con las "cajas" -en las que corrientemente se categorizan las medidas de apoyo agrícola interno- han demostrado una total falta de comprensión.

De manera similar, las negociaciones sobre acceso a los mercados deben ser conducidas estrictamente conforme a las disposiciones del Artículo XXVIII bis del GATT, que establece ciertos parámetros para las negociaciones arancelarias. El componente que dispone que no haya reciprocidad plena (para los países en desarrollo) debería estar totalmente integrado al resultado final, y habría que reconocer plenamente las necesidades de ingresos y desarrollo de los países del Sur.

El éxito en Cancún dependería de tres factores:

* voluntad política para resolver temas y compromisos en el ámbito político, incluso en cuestiones técnicas;

* los presidentes que presenten propuestas sobre modalidades u otros informes deberían adherir estrictamente a las decisiones del CNC del 1 de febrero de 2002 (para ser imparciales y objetivos, asegurar transparencia e inclusividad en la adopción de decisiones, facilitar el consenso entre los participantes, y presentar informes que reflejen el consenso o reflejen claramente las diferentes posiciones);

* el trabajo intenso en el proceso preparatorio de Ginebra no puede ser hecho por un grupo de países sino que debe involucrar a todos los miembros.

La participación de funcionarios de alto rango en los últimos dos o tres meses podría también ayudar a una agenda manejable.

Una consigna vacía

Clodoaldo Hugueney, subsecretario general de Asuntos Económicos y de Integración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, manifestó que si bien algunos grupos de negociación estaban en marcha (como los de normas y servicios), otros habían sufrido reveses, en particular dos de los temas de importancia especial para los países en desarrollo: los temas de trato especial y diferenciado, y de aplicación.

En agricultura hubo indicios de conflicto. Si bien algunos elementos parecían estar en su lugar, "hay riesgos de descarrilamiento y el proceso de negociaciones en su totalidad podría verse amenazado", manifestó Hugueney. Si bien todavía no hubo una crisis, todos tuvieron responsabilidad en volver a invertir voluntad política para recuperar credibilidad.

Brasil se comprometió con el éxito de la ronda de Doha, si bien también mantuvo su compromiso con el fortalecimiento del Mercado Común del Sur (Mercosur), del cual Brasil, junto con Argentina, Paraguay y Uruguay son miembros, y Bolivia y Chile miembros asociados, y con estrechar los lazos con sus vecinos sudamericanos.

El funcionario brasileño lamentó que, hasta ahora, la Agenda de Doha para el Desarrollo haya sido poco más que una consigna vacía. El compromiso con la dimensión de desarrollo exige avances en agricultura, trato especial y diferenciado, y aplicación. En agricultura, los países cuyos subsidios a las exportaciones y el apoyo interno –que distorsiona el comercio- perjudican al mundo en desarrollo, se resistieron duramente a asumir un compromiso de reforma serio. Se procuró que el mandato sobre trato especial y diferenciado fuera reinterpretado por algunos como pretexto para dividir a los países en desarrollo y limitar sus derechos a la vez de aumentar sus obligaciones.

El tema de aplicación, expresó Hugueney, está siendo manejado por varios países industrializados como un tema "meramente irritante", e incluso cuestionan que forme parte del compromiso único del programa de trabajo de Doha. Esos reveses fueron desalentadores y no deberían ser tomados a la ligera.

Es necesario un texto ambicioso en materia de modalidades agrícolas y un proyecto convincente para abordar una forma de aplicación que combine procedimiento con sustancia. Esto último implicó la creación de un proceso capaz de estudiar propuestas individuales que no pueden integrarse a un grupo de negociaciones existentes o sesión especial. Brasil, por su parte, prestaría atención especial a propuestas sobre medidas de inversión relacionadas con el comercio (TRIMs), TRIPS y el Convenio sobre Diversidad Biológica.

Hubo también necesidad de un nuevo espíritu de cooperación y diálogo en el frente de trato especial y diferenciado, de manera de lograr un avance sustancial y oportuno en este sector.

Las discusiones sobre acceso a los mercados también deberían tomar en cuenta el mandato de Doha en términos de que no haya reciprocidad plena para los países en desarrollo. La participación de Brasil en las normas de negociaciones es proporcional a su importancia central, expresó Hugueney, subrayando las propuestas de aclarar y modificar el Artículo 15 del Acuerdo Antidumping. El enviado brasileño también exhortó a un sentimiento de realismo en el análisis del Entendimiento de Solución de Diferencias, donde pronto habrá que definir una agenda centrada y circunscrita.

Brasil consideró la Declaración de Doha con relación al Acuerdo sobre TRIPS y la Salud Pública como una decisión crucial en la lucha por lograr el acceso a medicinas a precios más bajos en el mundo en desarrollo. Este fue un logro en sí mismo, y Brasil continuaría buscando una solución multilateral al problema identificado en el párrafo 6 de la Declaración para permitir a los países cuyas capacidades de fabricación en el sector farmacéutico son insuficientes o inexistentes, que utilicen las flexibilidades del Acuerdo sobre TRIPS para asegurar que consigan en el exterior medicinas esenciales a precios accesibles.

Amina Chawahir Mohamed, de Kenya, manifestó que las negociaciones entraron en una etapa delicada y "es tiempo de cambiar de rumbo para cumplir las metas de referencia establecidas por los ministros en Doha". Si bien las modalidades para el sector agricultura debían quedar establecidas para el 31 de marzo, todavía hay que zanjar las diferencias existentes. El presidente de las negociaciones sobre agricultura debería lograrlo dentro del plazo acordado.

El principal objetivo de las negociaciones agrícolas es eliminar todas las formas de distorsión, y esto debe quedar claramente expresado en el proyecto de documento de modalidades del presidente. Los países en desarrollo que no participaron muy activamente en la Ronda Uruguay han realizado ahora contribuciones muy útiles, y eso debe ser tomado en cuenta. De importancia especial para Kenya ha sido cómo se tratará el tema de trato especial y diferenciado en las modalidades, así como también seguridad alimentaria y mitigación de la pobreza.

Sobre el trabajo en materia de trato especial y diferenciado en las Sesiones Especiales del Comité de Comercio y Desarrollo, ya hay dos plazos que no han sido cumplidos, y Kenya esperaba que los miembros intensificarían los esfuerzos por fortalecer y poner en funcionamiento el trato especial y diferenciado para los países en desarrollo en la OMC. "Lamentablemente, es probable que sólo se concluyan algunas pocas disposiciones en la próxima reunión del Consejo General. El programa de trabajo de Doha será tal vez una ronda de desarrollo si se logra un trabajo sustancial en trato especial y diferenciado para la satisfacción de los países en desarrollo y los PMA", afirmó.

Kenya expresó que si bien un país con adecuada capacidad de producción no tendrá restricciones en la utilización de la concesión de licencias obligatorias para resolver sus problemas de salud, las soluciones promovidas para aplicar el párrafo 6 de la Declaración sobre TRIPS y la Salud Pública pondrían limitaciones en países que no tienen capacidad. Algunos miembros parecen haber olvidado que buscaban una solución para ayudar a los países con capacidades de producción limitadas o inexistentes. Este es el punto cardinal del ejercicio y no debe ser olvidado.

En opinión de Kenya, una solución práctica, económicamente viable y con fuerza de ley debería conducir a una enmienda del Artículo 31 del Acuerdo sobre TRIPS para incorporar tratados comerciales regionales como mercado nacional, lo que atraería inversiones. (SUNS).


 

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