Finanzas
 

Informe 2001 de UNCTAD

La economía mundial podría experimentar fuerte baja

El riesgo de un grave giro a la baja se cierne sobre la economía mundial, advirtió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en su Informe sobre Comercio y Desarrollo 2001, que recomienda una acción decidida y concertada de los principales países industrializados y un replanteo de la necesidad de reformar ampliamente la arquitectura financiera internacional.

Por Chakravarthi Raghavan

La economía mundial parece encaminarse hacia una tendencia a la baja, a menos que las economías más poderosas adopten políticas decididas y cooperen entre sí, advirtió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), en su Informe sobre Comercio y Desarrollo 2001, publicado el 24 de abril.

"Cuatro meses es un periodo largo en la economía", señala en el Panorama General el secretario general de la UNCTAD, Rubens Ricúpero, refiriéndose a la disminución de la serie de crisis financieras en los mercados emergentes, la permanencia de la economía estadounidense, la recuperación de Europa y el surgimiento de Japón luego de su prolongada recesión. "Hoy en día existe preocupación acerca de hasta dónde y al ritmo que enlentecerá la economía de Estados Unidos y si los instrumentos macroeconómicos tradicionales pueden administrar una recuperación rápida, cuán vulnerable es el dólar, si una vez más se cortará de raíz la incipiente recuperación de Japón, si la locomotora europea puede ganar suficiente velocidad como para mantener andando la economía mundial y en caso contrario qué revés supondría para la todavía frágil recuperación de Asia. En un escalón más optimista, se ha disipado la amenaza del petróleo. Aparentemente, el análisis económico convencional no se adapta muy bien a los cambios de un mundo en vías de globalización".

El Informe de la UNCTAD y el Panorama General fueron redactados en febrero. Y todo indica que la economía mundial está en peligro, aún cuando las visiones apocalípticas se ven fuera de lugar en los informes y previsiones intergubernamentales.

Desde entonces hasta ahora, la situación general se ha deteriorado y es necesario que las principales economías emprendan una acción concertada, declaró Yilmaz Akyuz, uno de los principales autores del Informe y Oficial a Cargo de la División de Globalización y Estrategias de Desarrollo de la UNCTAD. Agregó que el mayor campo de acción radica en el Banco Central Europeo, que confirmó una actitud de cautela ante el pedido de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros en cuanto a una rebaja de las tasas de interés. En abril el Banco Central Europeo mantuvo las tasas de interés incambiadas, pero el 10 de mayo las bajó en 0,25 puntos porcentuales.

Reformas en la arquitectura financiera

En el Panorama General, Ricúpero dice: "La Secretaría de la UNCTAD ha advertido durante cierto tiempo que la excesiva liberalización financiera está creando un mundo de inestabilidad sistémica y crisis recurrentes. Una respuesta típica ha sido culpar de tales crisis a políticas erróneas y prácticas de inversión corruptas en los mercados emergentes. Habrá que ver si se harán acusaciones similares para los excesos financieros e inversiones dispendiosas que se evidencian en Estados Unidos por el enlentecimiento económico. No obstante, no ayudarán más de lo que lo hicieron cuando la crisis asiática. Compete a las autoridades encontrar medidas preventivas y soluciones apropiadas. Por cierto, es una tarea difícil en una economía mundial muy integrada. Pero las normas e instituciones financieras multilaterales fueron establecidas precisamente para prevenir una reiteración del caos económico que se dio en la época entre guerras, relacionado con persistentes desórdenes en materia monetaria y de pagos así como en una confianza excesiva en las corrientes de capital a corto plazo".

Y más adelante, dice Ricúpero: "Lamentablemente, desde el establecimiento del sistema de Bretton Woods, el mundo ha estado mal preparado para manejar el resurgimiento de tales problemas. Las soluciones mundiales, a través de un cambio de la arquitectura financiera, serían la mejor solución. Pero a falta de ellas los países en desarrollo deben adoptar medidas nacionales para salvaguardarse: siendo cautelosos y no entrado en compromisos que afecten sus cuentas de capital y la liberalización en el FMI, o asumiendo compromisos en la OMC (Organización Mundial de Comercio) que interferirían con su capacidad para proteger sus finanzas en las cuentas de capital", declararon los economistas de la UNCTAD a la prensa en Ginebra.

Una acción concertada

En ocasión de la publicación del Informe de la UNCTAD, el subsecretario general, Carlos Fortin, dijo que la economía mundial necesitaba una acción concertada de las grandes economías. En ese sentido, el Banco Central Europeo podría reducir las tasas de interés sin temor a una inflación y probar el potencial de crecimiento de la región del euro, que la UNCTAD ubica en un cuatro por ciento, y no en el 2-2,5 por ciento del Banco Central Europeo.

Si bien elogió la rebaja de las tasas de interés de Estados Unidos en dos puntos porcentuales en un periodo de cuatro meses, Fortin dijo que había límites a la posibilidad de ese país de impulsar al crecimiento a través de una política monetaria, sin que otros adoptaran una medida similar.

Fortin coincidió en que ulteriores reducciones de la Reserva Federal de Estados Unidos podrían afectar el tipo de cambio dólar-euro y los ingresos de fondos extranjeros que actualmente financian el déficit comercial de Estados Unidos, lo que podría afectar también a otras economías. Es por esto que la UNCTAD considera que una respuesta apropiada a la situación de la economía mundial sería adoptar "una acción coordinada de parte de todas las monedas de reserva", y el Banco Central Europeo podría y debería rebajar las tasas de interés y verificar los límites del crecimiento potencial de la economía de la Unión Europea, sin temor a una inflación, dijo Fortin.

Sobre la rebaja de las tasas de Estados Unidos en los últimos cuatro meses, Akyuz pareció coincidir con quienes creen que el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, tiene más información y actuó con resolución, si bien no resulta claro si podría ayudar a su país a evitar la recesión. Redactado antes de las últimas rebajas de las tasas de interés, el Informe se pregunta si habría una pronta respuesta a la rebaja de intereses y advierte que "si los hogares y el sector comercial fueran a limitar simultáneamente su gasto a los ingresos actuales, habría una disminución significativa del PIB".

Dado el elevado nivel de endeudamiento privado, el grado de inversiones inviables en el sector de la tecnología informática y de comunicaciones sostenido por el auge del capital mixto y la burbuja del mercado accionario en los últimos cinco años, así como también las incertidumbres que rodean al dólar, "no debería subestimarse la magnitud del cambio político", dice la UNCTAD.

La Reserva Federal ha hecho todo lo que estaba a su alcance en términos de política monetaria, y si la economía todavía no experimenta un giro, debe ser por la debilidad estructural, incluidas las elevadas deudas privadas, manifestó Akyuz.

Otros observadores señalaron que la rebaja de las tasas de interés ha ayudado a la recuperación de las acciones, en especial las de la "antigua economía" (sector manufacturero y otros relacionados), y puede ayudar a recuperar la confianza de los consumidores y a aumentar las ventas, estimulando la demanda.

No obstante, los sectores de la tecnología y otras partes de la "nueva economía" (Greenspan había abrazado la permanente contribución de la "nueva economía" al aumento de la competitividad y productividad en Estados Unidos el año pasado), que habían recaudado dinero de los mercados de capital en función de expectativas racionales y de rentabilidad, no parecen estar en condiciones de recuperarse.

Parece bastante seguro que todas esas "inversiones" basadas en "acciones virtuales" deben ser eliminadas a través de la bancarrota –un recurso que el Departamento de Hacienda de Estados Unidos y el FMI aconsejaron a los países asiáticos, salvo que ahora en el caso de Estados Unidos ningún comprador extranjero o nacional puede comprar esas empresas sin acciones reales, y las consecuencias serán graves. Por otro lado, recortes más profundos en las tasas de interés de Estados Unidos seguramente afectarán el valor del dólar y la confianza de los inversionistas extranjeros, quienes siguen apostando fuertemente a las inversiones de corto plazo, que ayudan a financiar los déficit comerciales del país.

El economista principal de la UNCTAD, Andrew Cornford, declaró que si bien informes previos sobre la situación de la economía de Estados Unidos indicaban que la situación recesiva estaba confinada a ciertas regiones y sectores, las últimas informaciones demostraban que también estaban afectados otros sectores de la economía y otras regiones.

Necesidad de una acción europea

El Informe de la UNCTAD considera que existen escasas posibilidades de que Japón ayude a distender la situación estadounidense, por lo que la única esperanza radicaría en Europa.

Si bien la Unión Europea no ha decaído, tampoco es tan potente, como surge de la reunión realizada en marzo por el Banco Central Europeo, y por las declaraciones a la prensa realizadas en Londres el 23 de abril por el Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea, Pedro Solbes.

La dependencia de la Unión Europea con respecto a las exportaciones a Estados Unidos y su contribución al PIB puede parecer mucho menor en función de los datos comerciales, y por lo tanto un empeoramiento de la situación estadounidense podría parecer menos grave. Sin embargo, algunas de las principales economías de la Unión Europea, como Alemania, dependen de las exportaciones a Estados Unidos y quedarían afectadas por una recesión en este país. El informe también señala que las ventas de las subsidiarias alemanas y británicas en Estados Unidos son aproximadamente cinco veces sus exportaciones a Estados Unidos, y esta cifra se duplica en economías europeas más pequeñas como Holanda.

Además, otras empresas de la Unión Europea (del sector financiero) tienen grandes inversiones y operaciones en Estados Unidos, por lo que una baja en la demanda y una caída de los valores accionarios en Wall Street se reflejará a su debido tiempo en sus ganancias, y por tanto en sus valoraciones del mercado accionario. Los niveles cambiarios dólar-euro también tendrán peso en los valores contables y en las ganancias (en euro) de esas empresas radicadas en Estados Unidos.

Toca ahora a la Unión Europea -que estableció el Banco Central Europeo, logró una moneda común como el euro, bajó la inflación y cuyos miembros tienen tanto un presupuesto como una posición de la balanza de pagos cómodos- dar un impulso para lograr el crecimiento de la economía mundial, reduciendo las tasas de interés y aumentando la demanda.

Europa aún tiene un lastre de desempleo que sólo puede ser reducido aumentando las tasas de crecimiento. Con acciones decididas para reducir las tasas de interés, Europa puede crecer a un ritmo anual de cuatro o cinco por ciento durante cinco años o más y eliminar así el desempleo sin temor a una inflación accionaria o que afecte el tipo de cambio del euro, según Akyuz.

Japón, la otra gran economía, luego de un breve auge de crecimiento, a fines del año pasado volvió a registrar un crecimiento negativo que pondría en peligro esa recuperación. La situación política parece estar incidiendo, y si bien Junichiro Koizumi acaba de asumir como primer ministro, los malabarismos de la política japonesa sugieren que no hay que esperar resultados a corto plazo.

Cuando la economía estadounidense –y con ella la economía mundial- dio un giro a la baja en las últimas semanas del año pasado -forzando a la Reserva Federal de Estados Unidos a bajar repentinamente las tasas de interés en diciembre-, tomó a casi todos por sorpresa, ya que hasta ese momento la única nube en el horizonte parecía ser el precio del petróleo (y las acciones de la OPEP). Ya en setiembre, para las reuniones del FMI y el Banco Mundial en Praga, el primero de esos organismos multilaterales proyectaba ciertas cifras de crecimiento bastante optimistas. E incluso en enero, Greenspan hablaba sobre la "nueva economía" y las ganancias de la productividad, una opinión que la Organización de las Naciones Unidas también aceptó en su estudio económico mundial del 2000.

Pero la tendencia a la baja sobrevino como resultado del retroceso del auge de la alta tecnología en Estados Unidos, como sugieren el Informe sobre Comercio y Desarrollo y comunicados de prensa de la UNCTAD. Ya en el informe del 2000, los economistas de la UNCTAD habían advertido del enlentecimiento de la economía estadounidense.

Señales de precaución

Los economistas de la UNCTAD señalan en la página 11 del último informe que según estimaciones recientes, la elasticidad del crecimiento europeo con respecto a Estados Unidos podría llegar al 0,4, que significaría que una disminución de la tasa de crecimiento de Estados Unidos de más de tres puntos porcentuales de su promedio en los últimos cinco años podría provocar una disminución de 1,5 puntos porcentuales en el crecimiento de la Unión Europea, ubicándolo por debajo del dos por ciento.

En una perspectiva de futuro, la UNCTAD establece que la naturaleza sin precedentes del reciente largo periodo de expansión reclama cautela a la hora de evaluar el actual enlentecimiento de Estados Unidos. No obstante, al hacer un balance de las diversas presiones en conflicto, apuntan a un futuro incierto, donde cualquier cambio abrupto de políticas o sentimientos podría profundizar la recesión que muchos están esperando y perjudicar la posibilidad de una pronta recuperación.

Debido al protagonismo central de Estados Unidos en los últimos años para impulsar la demanda mundial, las perspectivas de la economía estadounidense son objeto de preocupación general. La creciente integración de la economía mundial implica que las crisis tanto reales como financieras se transmiten mucho más rápidamente entre regiones, países y sectores. Y la interconexión entre finanzas y producción implica que tales crisis pueden tener consecuencias inesperadas, como lo demostraron las crisis financieras de Asia de 1997.

En Asia, el crecimiento más lento de las exportaciones de alta tecnología jugó un papel importante en su extrema fragilidad y la subsiguiente crisis financiera se amplió a través del comercio, si bien el vigoroso crecimiento de las exportaciones provocó una recuperación en el 2000. Las perspectivas para el 2001 son mucho menos favorables como resultado del enlentecimiento de Estados Unidos.

Si bien la caída de las tasas de interés de este país podrían provocar un reorientación de las corrientes de capital hacia los mercados emergentes, el enlentecimiento de Estados Unidos podría también incidir en los mercados financieros mundiales elevando las bonificaciones de liquidez en las acciones en dólares y la exposición al riesgo en los prestatarios de los mercados emergentes, suprimiendo así los beneficios derivados de la rebaja de las tasas de interés de Estados Unidos. Como consecuencia, las corrientes de capital dirigidas al mundo en desarrollo escasamente excederían sus desalentadores niveles del año 2000, dice el Informe de la UNCTAD, el cual también sugiere que el enlentecimiento de Estados Unidos probablemente afectará diferenciadamente a distintas regiones.

En el 2000, todas las regiones en desarrollo se recuperaron, logrando una tasa de crecimiento general del 5,5 por ciento. Sólo África no logró un aumento significativo en el ingreso per cápita. Para este año no parece probable que se repitan esos resultados.

La crisis de los mercados emergentes devengó beneficios para las economías industrializadas en términos de importaciones baratas de bienes de consumo y productos básicos a granel (commodities). Pero no ocurrirá lo mismo con el receso de Estados Unidos, comenta la UNCTAD. Las perspectivas del mundo en desarrollo dependen mucho de cómo los países se insertan en la economía mundial. Pero todos son vulnerables a un receso mundial brusco.

La mayoría de las economías de Asia oriental y el sudeste asiático habían experimentado fuerte recuperación en 1999, después de las crisis de 1997 y 1998, y un crecimiento acelerado en el 2000. Pero la actual combinación de la disminución de las ventas en Estados Unidos y la caída de los precios de los semiconductores ha provocado pérdidas en las relaciones de intercambio y pérdida de ingresos por exportaciones en esos países. Por lo tanto, se estima que habrá una caída del crecimiento en toda la región, con vínculos comerciales intrarregionales que amplificarán el impacto negativo de la crisis y desencadenarán otra ronda de vaivenes desestabilizadores en los tipos de cambio de toda la región.

La economía china también es susceptible a los acontecimientos de Estados Unidos, que ahora absorbe el 20 por ciento de las exportaciones de aquél país. Las dificultades de China se complican con las "prolongadas e inconclusas negociaciones sobre su acceso a la OMC", dice el Informe de la UNCTAD. Pero la perspectiva de ingreso de China también es motivo de preocupación entre algunos de los países exportadores más pequeños, los cuales temen perder competitividad cuando sus perspectivas de exportación naufraguen ante una menor demanda de importaciones de parte de Estados Unidos.

En cuanto a América Latina, el Informe de la UNCTAD señala que la recuperación de la región, de un cuatro por ciento general, fue mayor que la pronosticada. Pero el escenario global esconde variantes considerables. Entre el 85 y el 90 por ciento de las exportaciones mexicanas están vinculadas a Estados Unidos. Esto, y el aumento del precio del petróleo, ayudó a México, que tuvo un crecimiento del siete por ciento el año pasado. Pero es improbable que la economía mexicana pueda escapar a las consecuencias de la recesión de Estados Unidos, si bien la caída de las tasas de interés en este país podrían ayudarlo. México, junto con los países de América Central y el Caribe, está preocupado por la posibilidad de que China le haga mayor competencia en el mercado estadounidense luego de ingresar a la OMC.

América Latina tiene vínculos comerciales más débiles con Estados Unidos pero mayor dependencia de las corrientes de capital. Ante una falta de cobertura significativa en materia de riesgo, la rebaja de las tasas de interés estadounidenses ayudaría a América Latina en la medida que reduciría los costos de los préstamos y el servicio de la deuda. Los países que han optado por un sistema de libre convertibilidad o una economía dolarizada se beneficiarían con la caída de las tasas de Estados Unidos y un dólar más débil.

En cierta forma causa sorpresa que la UNCTAD haya pronosticado que Argentina podría salir ganando a dos puntas (con tasas de interés más bajas y un dólar más débil) y escapar al círculo vicioso de estancamiento y ajuste deflacionario a las crisis externas. Brasil también se beneficiaría, agrega el Informe.

No obstante, todo esto se redactó en febrero, antes de recientes eventos como resultado de los cuales la economía argentina parece enfrentar ahora una calificación de riesgo de 10 puntos porcentuales por encima de las tasas de interés de Estados Unidos, según un informe del 24 de abril. Las diferencias entre Estados Unidos y Argentina -luego del nombramiento de Domingo Cavallo como responsable económico- también crearon incertidumbre, dada la dependencia comercial. En Brasil, recientes problemas de índole política también parecen complicar el accionar del presidente Fernando Henrique Cardoso.

En ocasión del lanzamiento del Informe 2001 de la UNCTAD, Cornford sugirió que la calificación de riesgo de los bonos argentinos podría ser un fenómeno temporal, resultado de las reacciones del mercado a ciertas medidas y declaraciones de Cavallo, y que las cosas podrían retornar pronto a un nivel más bajo. Añadió que era demasiado temprano para juzgar los resultados de las calificaciones de riesgo en una situación de mercado volátil. Y también será demasiado temprano para evaluar los resultados para Ecuador y algunos países centroamericanos que han optado por la dolarización, agregó.

Por lo tanto, la opinión de la UNCTAD es que interesa tanto a las economías industrializadas como en desarrollo asegurar la racionalidad de los mercados a través de la reforma de la arquitectura financiera internacional en su conjunto, y que esa reforma no es algo que beneficie únicamente al mundo en desarrollo.

Interrogado sobre la Cumbre de las Américas realizada en Quebec, Canadá, del 20 al 22 de abril, y la decisión alcanzada sobre el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), Fortin señaló que el documento de Quebec era una declaración con intención política y que el ALCA todavía no había comenzado. Quedan numerosos aspectos difíciles para negociar antes de que pueda convertirse en realidad, y por lo tanto no es fácil predecir cuál sería el efecto del ALCA y otros acuerdos de ese tipo en la economía mundial.

No obstante, expresó Cornford, varios de los comentarios y temas sobre comercio y finanzas planteados en el informe, guardan relación con el ALCA. Por ejemplo, expresó que no alcanzaba a ver cómo un acuerdo de ese tipo podría funcionar sin tener las garantías de un respaldo financiero internacional. No sería posible, agregó Kozul-Wright, hablar meramente de comercio e inversión en el contexto de acuerdos de ese tipo.

¿Es posible encontrar en la historia algún elemento que arroje luz sobre acuerdos como éste, que involucran a una economía poderosa y muchas economías en desarrollo o débiles? Todo depende de cuánto uno se retrotraiga en el tiempo, opinan los dos economistas.

En términos de la respuesta del imperio británico de fines del siglo XIX y principios del XX a la crisis que enfrentó, optando por el libre comercio y acuerdos imperiales, la experiencia de India demuestra que provocó desindustrialización y, en última instancia, tampoco ayudó a los británicos. Pero sería difícil extrapolar un pronóstico similar para el ALCA.

No obstante, en términos de la considerable disparidad en materia de poder económico y capacidad entre los países de las Américas que integrarían el ALCA, cualquier tipo de relación dispar en la que no medien acuerdos en materia de finanzas y transferencias que la contrarresten, seguramente acarrearía problemas.


 

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