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Comercio
 
Seminario controvertido de la OMC

Banco Mundial culpa al Sur
de "automarginarse"

Los dos seminarios organizados por la Organización Mundial de Comercio (OMC) a mediados de marzo fueron escenario de interesantes discusiones sobre la relación entre comercio, medio ambiente y desarrollo, pero terminaron estropeados por una controversia provocada por los comentarios insensibles del moderador de uno de los paneles, Paul Collier, director del Grupo de Investigaciones para el Desarrollo, del Banco Mundial, quien culpó a los países pobres por "automarginarse". También se sumó al orador principal en lo que resultó una amenaza velada de que si los países en desarrollo no ceden a las pretensiones del Norte de realizar una nueva ronda de negociaciones, habría una reacción proteccionista contra sus productos. Esto motivó una acalorada respuesta de ONGs y algunos países en desarrollo.

Por Martin Khor


A mediados de marzo, la Organización Mundial de Comercio (OMC) realizó dos simposios como parte de sus preparativos para la próxima conferencia ministerial programada para noviembre. Las reuniones discutieron los temas de comercio y medio ambiente (los días 15 y 16), y comercio y desarrollo (los días 17 y 18).

Ambos temas han sido controvertidos. Los grupos ambientalistas han acusado a la OMC de haber impedido a algunos gobiernos la aplicación de ciertas leyes. Y varios países en desarrollo se han quejado de que el sistema de comercio los "margina", ya que todavía no han obtenido beneficio alguno de los acuerdos de la OMC y en cierta forma están todavía en peor situación.

No obstante, si el objetivo del simposio era ganar a los detractores y los acusadores, no lo lograron. La mayoría de las organizaciones no gubernamentales (ONG) se fueron contrariadas, mientras que varias delegaciones de países en desarrollo quedaron sumamente desconformes de no haber obtenido ninguna mejora que los favoreciera.

Quedó bien claro que las reuniones, organizadas por la Secretaría de la OMC, fueron un intento de lograr que tanto los países en desarrollo como las ONG aceptaran una nueva Ronda de negociaciones comerciales que los países ricos pretenden lanzar durante la Conferencia Ministerial de Seattle, Estados Unidos.

Tanto las ONG como varios países en desarrollo claves, entre ellos India, Egipto, Malasia y Tanzania, resisten la idea de una nueva Ronda. Argumentan que la última, la Ronda Uruguay, ha provocado muchos problemas que es necesario resolver antes de permitir que la OMC se embarque en otra Ronda que podría ocasionar aún más problemas y complicaciones.

Quienes tienen serias reservas sobre la nueva Ronda propuesta por la Unión Europea, Japón y Canadá, entre otros, abandonaron las reuniones de la OMC con más reservas aún, en parte debido a una controversia que se originó durante el Simposio sobre Comercio y Desarrollo. En el primer panel de discusión, el moderador realizó a modo de conclusión, comentarios que varios participantes consideraron agraviantes para los países en desarrollo en general y para los países africanos en particular.

Al final de la sesión sobre "Vínculos entre las políticas comerciales y las políticas de desarrollo", Paul Collier, director del Grupo de Investigaciones para el Desarrollo, del Banco Mundial, realizó un extenso discurso de conclusión en el cual principalmente presentó sus propias opiniones en lugar de la práctica acostumbrada de ofrecer, como moderador, un resumen de lo discutido.

Uno de los temas dominantes del simposio (y del anterior, sobre Comercio y Medio Ambiente) fueron las graves dificultadas enfrentadas por los países africanos y los países menos adelantados debido a la forma en que el sistema de comercio y las normas de comercio los habían marginado, con lo cual les tocó muy poco, si acaso les tocó algo, en el reparto de beneficios.

Lejos de reflejar las opiniones de varios participantes que hablaron sobre este tema, Collier acusó en sus conclusiones a los países africanos de haberse marginado a sí mismos en la OMC, al no participar en la misma, reclamar un trato especial y diferenciado que no satisfacía sus necesidades, y pretender acuerdos comerciales regionales que eran un "callejón sin salida", embarcándose en una "liberalización muy poco creíble" y alentando un "entorno hostil" al centrar su comercio en unos pocos productos.

Luego agregó que las élites africanas no querían adoptar reformas económicas porque el statu quo las beneficiaba. "En ciencia política nos enseñan en qué circunstancias las élites están dispuestas a perder sus privilegios e introducir cambios", expresó. "La ciencia política nos enseña que los cambios sobrevienen cuando las élites están asustadas". También dijo que los africanos deberían estar temerosos porque en lo sucesivo se enfrentarán al proteccionismo de Estados Unidos a menos que le ofrezcan algo en una nueva ronda de negociaciones comerciales.

Collier estaba reiterando la opinión del orador principal del panel, Fred Bergsten, del Instituto de Economía Internacional con sede en Estados Unidos, quien había advertido a los países en desarrollo que enfrentarían "riesgos enormes" de una respuesta proteccionista de parte de Washington si no aceptaban una nueva ronda comercial de la OMC.

Bergsten había reclamado a los países en desarrollo que ofrecieran a los países industrializados "un mayor acceso y finalmente un acceso total" a sus mercados como parte de una negociación con Estados Unidos y la Unión Europea para no erigir nuevos obstáculos proteccionistas. También pidió a los países en desarrollo que no procuraran un trato especial y diferenciado, un principio aceptado en la OMC y en su normativa, que permite a los países en desarrollo ciertos privilegios en reconocimiento de su situación económica inferior.

Los comentarios de Collier desencadenaron un comentario discrepante de un representante de una ONG que habló sin micrófono, porque el moderador había anunciado la clausura de la reunión. Varios representantes de ONGs de países del Sur y del Norte se embarcaron durante casi media hora en una discusión acalorada con Collier y con un alto funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI). Las ONG transmitieron a Collier su profundo disgusto por lo que calificaron de flagrante intento de culpar a los propios africanos de la pobreza y marginación de África, a la vez que ignoró el papel que jugaron tanto el sistema económico internacional como el Banco Mundial y el FMI.

En el intercambio que mantuvo con las ONG, Collier continuó insistiendo en que los problemas enfrentados por los países africanos eran causa exclusiva de sus propias políticas. Anteriormente, había dicho que los países más pobres son los que más se benefician de la liberalización comercial.

No opinaban así otros dos panelistas, Keith Bezanson, del Instituto de Estudios para el Desarrollo, de Sussex, y Deepak Nayyar, de la Universidad Jawaharlal Nehru, de India, quienes argumentaron que la evidencia empírica demostraba que no era posible sacar conclusiones generales sobre la relación automática entre la liberalización del comercio y el desarrollo.

Varias delegaciones africanas se refirieron también a que la Ronda Uruguay no les había deparado ningún beneficio a sus países, y que los países del Norte no habían cumplido con sus obligaciones para con los países en desarrollo.

El representante permanente de Egipto ante la OMC, Mounir Zahran, había expresado en la misma sesión que su país tenía dificultades cruciales con los acuerdos de la Ronda Uruguay. "Si no podemos resolverlas, no podemos justificar una mayor liberalización en los países en desarrollo, incluido Egipto", afirmó. Manifestó que algunos de los problemas se referían a la falta de aplicación de sus compromisos por el Norte, la falta de trato especial y diferenciado y los costos onerosos que implica hacer uso del sistema de solución de diferencias. "No tendrían que pedirnos que hiciéramos más concesiones para reparar los desequilibrios", expresó.

En una sesión anterior, el representante de Zimbabwe también manifestó que la Ronda Uruguay no había reportado beneficios a los países en desarrollo. "A pesar de la liberalización del comercio, África tiene sólo el dos por ciento del comercio mundial; la liberalización comercial no mejoró nuestras relaciones de intercambio, existe una disminución de la ayuda oficial para el desarrollo, los mercados de productos básicos están deprimidos y ahora la crisis asiática ha reducido la demanda".

En el simposio del último día, más de 30 ONGs del Norte y del Sur emitieron un comunicado conjunto condenando las opiniones vertidas por Collier, así como la conducta que tuvo en calidad de moderador de la sesión. La declaración se convirtió en el punto central de debate del simposio. Se leyó al plenario un resumen de la declaración y varias delegaciones oficiales -incluidas dos de países europeos-, adhirieron a las ONG.

Martin Khor es director de la Red del Tercer Mundo


 

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