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Comercio
 
El FMI extiende sus redes al comercio

El Fondo Monetario Internacional (FMI) al parecer intenta usar la denominada "relación especial" que tiene con la Organización Mundial de Comercio (OMC) para extender su "imperio" sobre los países en desarrollo.

Por Chakravarti Raghavan

I

Con ayuda del secretariado de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) pretende no solo influir en las políticas comerciales del mundo en desarrollo sino también en los pleitos que se dirimen en la misma OMC. La visión que el FMI tiene de los países en desarrollo surge claramente de las declaraciones formuladas durante años por los directores gerentes y por altos funcionarios de la institución.

No es ningún secreto que el FMI quiere tener un papel soberano sobre las políticas financieras, económicas y comerciales de los países en desarrollo y de las economías en transición. Durante la crisis asiática, cuando el FMI firmó acuerdos con algunos países, se levantaron duras críticas contra su papel de usar los convenios para fomentar los intereses comerciales de empresas financieras de Estados Unidos y de otras empresas que actúan bajo competencia restringida.

El último intento del FMI por expandir su influencia se verificó en abril ante el Órgano de Solución de Diferencias (OSD) de la OMC, cuando por su cuenta se invitó a sí mismo a participar de la reunión. El representante del FMI efectuó una declaración en la que aconsejó a los grupos especiales (paneles) guiarse por la experiencia y el asesoramiento de la institución.

La irrupción del FMI se produjo en el diferendo entre Estados Unidos y Argentina en el que se registraron dictámenes del Grupo Especial y del Órgano Permanente de Apelación. India cuestionó la interpretación del FMI y de las autoridades de la OMC de dar por invitada a la institución financiera para que efectuara una declaración y también objetó la forma en que se obtuvo el consenso de los miembros. La representación india anunció que hacía reserva de sus derechos y que en el momento oportuno plantearía la cuestión ante el Consejo General de la OMC, el organismo máximo de la entidad multilateral del comercio.

El FMI efectuó la declaración ante el OSD después de la aparición del informe del grupo especial, con las modificaciones del órgano de apelación, sobre el pleito entre Estados Unidos y Argentina. Estados Unidos había cuestionado algunos derechos específicos y tasas que elevaron los aranceles de Argentina por encima de los niveles consolidados en el sistema OMC/GATT (Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio).

Argentina había alegado ante el panel que los derechos objetados por Estados Unidos se originaban en su acuerdo con el FMI, pero el tribunal no consultó la opinión de la institución financiera.

II

El órgano de apelación estimó que el panel habría podido consultar al FMI, pero en substancia confirmó el dictamen del panel negativo para Argentina.

La representación del FMI habló de la "relación especial" entre el Fondo y la OMC, debido a la historia de relaciones Fondo/GATT, y dijo que el FMI está "especialmente colocado" para responder a cuestiones sobre programas que la institución apoya en los países. La declaración del FMI citó el reciente acuerdo de cooperación FMI/OMC, su interés en asuntos relacionados con los condicionamientos del Fondo y el derecho de los paneles de diferendos a procurar información de los expertos. Con ese fundamento, la declaración del FMI dijo: Quisiéramos que las actas reflejaran el profundo interés del Fondo en ser consultado por los paneles en tales casos.

Los acuerdos de condicionamientos del Fondo para préstamos de dinero se concertan únicamente con países en desarrollo y economías en transición. Por tanto, su jurisdicción se limita a esos países y excluye a las naciones desarrolladas. En consecuencia, los esfuerzos del FMI por introducirse en el proceso de solución de diferencias afectan sólo a los pleitos que tienen por actores a países en desarrollo. Eso acentúa aún más las asimetrías y desventajas del sistema para los países del Tercer Mundo.

En los borradores iniciales del acuerdo de cooperación negociado entre las autoridades del Fondo y de la OMC, figuraba una disposición que otorgaba al FMI el derecho a intervenir ante los paneles sobre diferencias comerciales entre miembros de la OMC, cuando existía un motivo de interés para el Fondo.

El texto final estableció que representantes de cada una de las organizaciones podrán participar en la reuniones de la otra.

El acuerdo OMC/FMI, negociado por los jefes de las dos instituciones y presentado a la aprobación del Consejo General de la OMC en 1996, provocó polémicas entre los miembros.

Algunas críticas apuntaron a la posibilidad de que el Entendimiento sobre Solución de Diferencias de la OMC pueda ser reformado por la aplicación del acuerdo OMC/FMI.

En su momento, el secretariado de la OMC explicó a los estados miembros que la disposición autorizando al FMI a intervenir ante los paneles fue incluida a solicitud de la institución financiera.

Para el FMI, dijo el secretariado de la OMC, se trató de una disposición mínima comparada con un acceso más amplio a los paneles que el Fondo al parecer pretendía negociar.

La polémica se agudizó en la OMC cuando varios estados miembros impidieron que se concediera al FMI el derecho a participar en las disputas, reservadas exclusivamente a las partes contratantes del acuerdo comercial multilateral. El director general de la OMC, Renato Ruggiero, comentó en 1996 a los embajadores ante la organización que el acuerdo, negociado y aprobado por la junta ejecutiva del FMI, ponía en juego su propio prestigio.

III

El Consejo General de la OMC dictó una resolución posterior para precisar los alcances del acuerdo con el FMI. La interpretación aclaró que el acuerdo no podrá afectar los derechos y obligaciones de los miembros de la OMC en el Entendimiento sobre Solución de Diferencias.

En la sesión en que intervino la representación del FMI, el embajador de India, Srinivasan Narayanan, observó que la participación de la institución financiera planteaba algunas cuestiones sistemáticas. Narayanan estimó que el acuerdo OMC/FMI no autorizaba a los delegados del Fondo a efectuar observaciones como las planteadas durante la sesión del Órgano de Solución de Diferencias. El caso requiere estudio profundo, dijo el negociador indio, que anticipó un debate del tema en el Consejo General.

Otra actitud cuestionada del Fondo ha sido su insistencia ante países con dificultades, como en los casos asiáticos, para que renuncien a sus derechos en la OMC. Cuando Indonesia negociaba su primer acuerdo, se informó que el FMI reclamaba que Jakarta aceptara y aplicara cualquier dictamen de la OMC sobre el polémico caso de subsidio al automóvil nacional, a cuya fabricación se vinculó a familiares del presidente Suharto. Sin embargo, ninguna norma de la OMC establece que los países tengan obligación de aceptar y aplicar una decisión. El sistema prevé únicamente un régimen de compensación para satisfacer a la parte afectada.

El propio director de la OMC lo recordó en marzo pasado, durante una intervención ante una conferencia de organizaciones no gubernamentales de medio ambiente, cuando comentó un informe contra Estados Unidos por el caso de las tortugas afectadas por la pesca de camarones realizada sin cuidado ambiental. Sin embargo, en la misma conferencia, Ruggiero declinó comentar la exigencia del FMI a Indonesia de aceptar la decisión de la OMC. El funcionario dijo que se abstenía de comentar cuestiones de otra organización internacional.

Las autoridades de la OMC, como hacían antes las de su predecesor, el GATT, tratan de imponer el criterio de la necesidad de una coherencia mundial entre los sistemas financiero y comercial para influir en las políticas comerciales de los países en desarrollo.


 

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